lunes, 30 de marzo de 2015

JAÉN, TIERRA IBERA. 40 AÑOS DE INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

     El pasado cinco de marzo, la Universidad de Jaén presentó el volumen coordinado por Arturo Ruiz Rodríguez y Manuel Molinos Molinos, cabezas visibles del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica y profesores de dicha universidad, con el que dan a conocer las cuatro décadas de investigación arqueológica y de promoción del mundo ibérico desarrollado en la provincia de Jaén. Una gesta en la que hay que reconocer la labor llevada a cabo por esas instituciones ginennenses y andaluzas, sin la que hoy sabríamos muchísimo menos de esa cultura prerromana.

Invitación del rectorado de la Universidad de Jaén para la presentación del libro el pasado 5 de marzo

     La decidida apuesta de la Universidad de Jaén por los estudios ibéricos queda de manifiesto en esta nueva publicación, que resultará de enorme interés para todos los estudiosos de la época, así como para aquellos que quieran tener una idea global del fenómeno estudiado en la Alta Andalucía.

     La cuidada edición se presenta en un volumen encuadernado en tela con funda rígida del mismo material, ilustraciones a todo color y más de quinientas páginas impresas, donde se encuentran contribuciones de buena parte de los máximos especialistas en las distintas materias tratadas. La temática abarca desde las investigaciones más antiguas hasta los más recientes hallazgos, como la puerta fortificada de la ciudad de Cástulo con sus leones pétreos, que flanqueaban este acceso monumental.

     La labor de los investigadores giennenses no solo ha sido voluminosa, también ha sido polémica, al haber reinterpretado el significado de la escultura ibérica, dando una visión diferente de la misma respecto de la tradición científica sobre la relivaria. Lo mismo cabe decir se su reciente localización de la batalla de Baécula que ha sido discutida desde algunas instancias científicas, más literales con la lectura de las fuentes escritas antiguas que aluden a ese escenario bélico. En último término, por solo citar algunas cuestiones, la lectura a la baja (cronológicamente hablando) de la necrópolis de Piquía en Arjona, ha planteado el mantenimiento de costumbres funerarias clásicas en momentos ibéricos tardíos, lo que tampoco ha sido aceptado de un modo generalizado.

     Todo esto y mucho más se podrá encontrar en las páginas de este novedoso libro, del que dejamos seguidamente cumplida cuenta del guión de su contenido:

Jaén, tierra ibera. 40 años de investigación y transferencia
Arturo Ruiz Rodríguez y Manuel Molinos (coords.)
Universidad de Jaén, marzo de 2015
ISBN: 978-84-8439-896-7

CONTENIDO

Introducción

Arturo Ruiz y Manuel Molinos, «El tiempo y el espacio entre los iberos en Jaén», pp. 7-26.

I. Siglo VI y la primera mitad del siglo V a.n.e.

1.- Teresa Chapa, «El "Torito" de Porcuna», pp. 27-36
2.- Manuel Molinos, Arturo Ruiz. José Luis Serrano, Carmen Rísquez, Francisca Hornos, José López, José Crespo, Concepción Choclán, Marcelo Castro y Csalvador Montilla, «La torre de la atalaya de Cazalilla y la factoría agraria de las Calañas», pp. 37-44.
3.- Manuel Molinos y Arturo Ruiz, «La fortificación del oppidum de la Plaza de Armas de Puente Tablas», pp. 45-54
4.- Manuel Molinos y Arturo Ruiz, «De Cerrillo de la Compañía de Hornos de Peal a la necrópolis del Cerro de la Horca de Toya», pp. 55-66.

II. Segunda mitad del siglo V y fines del siglo IV a.n.e.

5.- Arturo Ruiz y Manuel Molinos, «El conjunto escultórico de Cerrillo Blanco, Porcuna», pp. 67-84.
6.- Teresa Chapa, «Los escultores del Cerrillo Blanco de Porcuna», pp. 85-92.
7.- Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Rosa Fernández, Manuela Pérez y Carmen Rueda,  «El Santuario de la Puerta del Sol», pp. 93-106.
8.- Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Carmen Rueda y Rosa Fernández Artículo, «El palacio y el urbanismo del oppidum de Puente Tablas», pp. 107-118.
9.- Oliva Rodríguez-Ariza y Carmen Pradas, «El paisaje de Puente Tablas a partir de la antracología», pp. 119-126.
10.- Eva María Montes, «La agricultura y la gestión de los recursos vegetales en el Oppidum de Puente Tablas», pp. 127-136.
11.- David Parras, Alberto Sánchez, José Tuñón, Manuel Montejo, Natividad Ramos y Maria Luisa Cañabate, «Análisis físico-químico en el santuario de El Pajarillo (Huelma, Jaén) y en el oppidum de Puente Tablas (Jaén)», pp. 137-144.
12.- Teresa Chapa Brunet, Juan Pereira, Victorino Mayoral y Antonio Uriarte, «La necrópolis de Castellones de Ceal (Hinojares)», pp. 145-160.
13.- Manuel Molinos, Teresa Chapa, Arturo Ruiz y Juan Pereira, «El santuario de El Pajarillo, Huelma», pp. 161-176.
14.- Carmen Risquez y Carmen Rueda, «La dama de Cerro Alcalá. Una aristócrata de Ossigi», pp. 177-188.

III. Fines del siglo IV y fines del siglo III a.n.e.

15.- Luis María Gutiérrez, Antonio Ortiz, María Alejo, Elena Gallego y José Antonio Alejo, «La ciudad fortificada de Giribaile. Vilches», pp. 189-202.
16.- Carmen Risquez Cuenca, Carmen Rueda, Gérard Nicolini, Arturo Ruiz Rodríguez, Narciso Zafra y César Esteban, «El Santuario de Cueva de la Lobera de Castellar», pp. 203-218.
17.- Carmen Rueda, «Los exvotos iberos en bronce de los santuarios de Jaén: ritos fosilizados en bronce», pp. 219-236.
18.- Juan Pedro Bellón Ruiz, Francisco Gómez y Arturo Ruiz, «El sacrificador de Bujalamé y los iberos de la Sierra de Segura», pp. 237-254.
19.- Juan Pedro Bellón, Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Carmen Rueda y Francisco Gómez, «La Batalla de Baecula, Santo Tomé (Jaén)», pp. 255-278.
20.- José Valderrama e Inmaculada Cárdenas, «Un SIG para Baecula», pp. 279-296.
21.- Teresa Chapa, «La caja funeraria de Villargordo (Villatorres, Jaén)», pp. 297-304.

IV. Entre los siglos II y I a.n.e. (Después de la conquista romana)

22.- Vicente Barba, Alberto Fernández y Yolanda Jiménez, «La muralla de Cástulo y la Puerta de los Leones», pp. 305-322.
23.- Mª Paz García-Bellido, «Las monedas de Cástulo», pp. 323-338.
24.- Ricardo Olmos y Carmen Rueda, «La pátera de Perotito (Santiesteban del Puerto, Jaén)», pp. 339-356.
25.- Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Carmen Rísquez, Francisco Gómez y Miguel Ángel Lechuga, «La cámara de Piquía, Arjona», pp. 357-374.
26.- Carmen Rueda y Ricardo Olmos, «Las cráteras áticas de la Cámara Principesca de Piquía (Arjona): los vasos de la memoria de uno de los últimos linajes iberos», pp. 375-392.
27.- Javier de Hoz, «La lengua ibérica en Jaén, desde el s IV hasta las inscripciones de Piquía y las Atalayuelas», pp. 393-406.
28.- Arturo Ruiz, Manuel Molinos y Carmen Rueda, «La Caja de los Guerreros de Arjona», pp. 407-422.
29.- Carmen Rueda, Manuel Molinos y Arturo Ruiz, «Culto, rito y ofrenda en el santuario Periurbano de Las Atalayuelas (Fuerte del Rey)», pp. 423-436.
30.- Vicente Barba, Alberto Fernández y Manuel Jesús Torres, «El almacén comercial republicano del Cerro de la Atalaya», pp. 437-450.
31.- José Luis Serrano, «La construcción del campo ibérico», pp. 451-460.
32.- Juan Pedro Bellón, Alberto Sánchez y Francisco Gómez, «El relieve de Mogón y los relieves de Montiel. Nuevas aportaciones desde el análisis historiográfico del catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Jaén», pp. 461-468.

Apéndice. Transferencias de investigación

33.- Ana Martínez, Manuel Jesús Lucena, José Manuel Fuentes, Arturo Ruiz y Juan Pereira, «La aplicación de nuevas tecnologías en el análisis de la cerámica arqueológica en torno del Alto Guadalquivir: el Proyecto CATA», pp. 469-478.
34.- Alberto Sánchez, Ana Martínez, Francisco Gómez y Arturo Ruiz, «La divulgación en 3D del patrimonio ibero de Jaén. Los proyectos CARARE y 3D-ICONS», pp. 479-486.
35.- Arturo Ruiz, Manuel Molinos, Ana Fernández y Vicente Barba, «El Viaje al Tiempo de los Iberos», pp. 487-502.


lunes, 16 de marzo de 2015

EL PATRIMONIO CULTURAL EN LA LUCHA POLÍTICA: UN DEBATE ESTÉRIL CON LA EXCUSA DE LO PÚBLICO


1. Mezquita de Córdoba, a partir de la imagen de http://revistamito.com/la-mezquita-de-cordoba-obra-cumbre-del-califato/

     Habitualmente, las cuestiones inherentes al patrimonio histórico-artístico no suelen entrar en los programas políticos de las diferentes candidaturas, ni en los debates entre representantes públicos o entre quienes quieren llegar a serlo y, si lo hacen, aparece como un fenómeno secundario que no ocupa sino unas líneas sin importancia. No obstante, en estos últimos tiempos han confluido ambos extremos al hilo de la propuesta de ‘expropiar’ la titularidad de la mezquita de Córdoba, para que su dominio pasase desde la Iglesia católica al Estado. Una idea que, por otra parte, era previa a la de convocatoria de elecciones en la autonomía de Andalucía de este año. La propia Junta de Andalucía (http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobaandalucia/parlamento-recurrira-ley-permitio-inmatricular-mezquita_907853.html), al igual que diversos partidos como Izquierda Unida (http://www.eldiario.es/andalucia/IU-recurrir-inmatricular-Mezquita-Cordoba_0_302019943.html) y ciertos particulares (http://www.rebelarte.nadhari.org/?p=169) han apoyado la propuesta. Pero la cosa no ha quedado ahí: más recientemente, haciéndose eco de esta iniciativa otro grupo político ha recogido la iniciativa y extiende una petición similar, pero aplicándola sobre el alminar de la Giralda (http://www.diariodesevilla.es/article/andaluzas2015/1982322/podemos/quiere/expropiar/la/giralda.html).


2. La Giralda, junto a la catedral de Sevilla, a partir de http://www.civitatis.com/actividades/espana/sevilla/tour-sevilla

     El debate planteado se establece sobre una realidad patrimonial extremadamente sensible, pero en la que lo de menos parece ser el propio patrimonio de todos. Por un lado, lo que se pide no es una exigencia social que parezca planear sobre todo el patrimonio en similares condiciones, sino que se hace presente en aquellos ítems patrimoniales que tienen asegurado un notable plus económico, de la mano de sus numerosos y variados visitantes. Por otro, ni Giralda ni mezquita de Córdoba representan hoy un bien histórico-artístico sobre el que exista ninguna amenaza de pérdida o deterioro preocupante que afecte a su actual integridad física, por lo que en ambos casos cabe presumir la existencia de otras razones menos conspicuas, que muevan a las instituciones y grupos políticos y de presión a sustentarlas.
     En este sentido, el beneficio dinerario que ambos monumentos parecen generar podría estar detrás del inopinado interés de la Junta de Andalucía en ellos, o en alguno de ellos; aunque tampoco debemos descartar que las plataformas cívicas y algunos de los partidos políticos implicados en el asunto parecen más inclinados a una ‘expropiación’ en la que cierto anticlericalismo también podría tener algo que ver. Algunas de las posiciones expresadas, como la del grupo Podemos, justifica su propuesta sobre la Giralda en el interés general de que el bien cultural pase de manos privadas a públicas, atendiendo a una pretensión genéricamente más democrática de que la propiedad es mejor pasarla de unas pocas manos a todas. Mecanismo que, en abstracto, no debiera herir a nadie, si esa fuera la política habitual aplicada a todo bien patrimonial, pero que en realidad solo parece articularse ante aquellos bienes sobradamente generadores de ingresos.
     Pero conviene atender a otras perspectivas. Así, desde una óptica puramente patrimonial, la gestión de la Iglesia en la mezquita cordobesa y en la Giralda sevillana no puede ser objeto de ninguna crítica específicamente objetiva; ya que, en ambos casos, se han  preservado con suficiencia los inmuebles históricos a conservar y se cumple meridianamente la obligación de mantenerlos abiertos al público, como también ocurre con otras muchas colecciones de bienes muebles en manos privadas que, cumpliendo similares requisitos, nadie se atrevería a cuestionar su status.
     Tampoco cabría esperarse que la pretendida enajenación vaya a conducir directamente a una apertura gratuita de los espacios arquitectónicos a todo el público, como ventaja social y democrática achacable a un simple cambio de propietarios. Así, no parece igualmente probable que el traspaso de titularidad de los bienes conlleve mejora alguna en la gestión, ni en la oferta social de los mismos. En este sentido, la Alhambra de Granada representa para los sociedad una posibilidad de uso, disfrute y beneficio poco diferente a los que ya se dispone con la mezquita califal y el minarete sevillano bajo sus actuales gestores. Incluso la Junta de Andalucía, a través del Patronato de la Alhambra, tampoco extiende suficientemente las ganancias que se desprenden de su titularidad sobre el monumento nazarita, al negarse sistemáticamente a aceptar fórmulas de coparticipación de ingresos con el Ayuntamiento de Granada, en aras de expandirlos en beneficio más directo de sus ciudadanos más cercanos.
     Se entiende que, en época de crisis, es normal que los gobiernos agudicen su ingenio para conseguir medios de financiación que antes no se consideraban por no ser necesarios. Por lo demás, la obligación de conservación de los bienes en manos privadas no ha dejado de cumplirse en estos ejemplos de Córdoba y Sevilla, por lo que la salvaguarda de los mismos y su adecuación a las normas vigentes de las actuales leyes patrimoniales [LPHE (http://www.mcu.es/patrimonio/docs/ley16-1985.pdf) y LPHA (http://www.juntadeandalucia.es/boja/2007/248/1)] se cubre satisfactoriamente en ambos casos, por lo que no habría lugar para argumentos serios -en este sentido- contra sus actuales responsables y titulares del dominio cuestionado.
     Desgraciadamente, la gran presión mediática que se ha venido generando con las alusiones a Mezquita y Giralda no ha permitido introducir en el debate la realidad de otros 'patrimonios' que también siguen en manos privadas, pero que no se preservan en absoluto ante su constante deterioro; pero que nadie: instituciones, plataformas ciudadanas, partidos políticos e interesados ocasionales en nuestra herencia cultural, se han preocupado por ellos, ni parece que vayan a hacerlo en un futuro inmediato, tratando de salvarlos del ciclo de destrucción impenitente en que se encuentran.
     Podríamos poner muchos ejemplos, pero me son más cercanos aquellos que forman parte de las ruinas histórico-arqueológicas de la antigua Osuna, donde un teatro romano conocido (Ruiz Cecilia, 2008; Ruiz Cecilia y Pachón, 2012) y la mayor parte de su necrópolis rupestre (Pachón y Ruiz Cecilia, 2006), así como la muralla Engel/Paris (Pachón y Ruiz Cecilia, 2005), todas en manos privadas, siguen sin recibir la más mínima atención de unos responsables públicos que, en cambio, sí se muestran enormemente preocupados por aquellas dos joyas monumentales que, pese a quien pese, están bien protegidas y garantizado su futuro en manos de quien todavía hoy detentan su propiedad. Es más, en el mismo caso de Osuna, la cueva sepulcral de la Vía Sacra que sí es de propiedad municipal y está dentro de la zona BIC del yacimiento, sigue totalmente abandonada a su suerte, a punto de un colapso estructural y todo pese a las reiteradas denuncias que se han hecho efectivas ante la administración cultural e incluso desde este blog (http://japr5.blogspot.com.es/2013/05/nuevo-reves-politico-en-la-preservacion.html y http://japr5.blogspot.com.es/2013/01/las-cuevas-de-osuna-y-lo-que-la.html), sin que se reciba ninguna respuesta positiva de los encargados de su custodia efectiva. Responsables que, por otro lado, me consta que estarían encantados de que Mezquita y Giralda pasaran a la gestión directa de sus compañeros de gobierno en las administraciones públicas andaluzas.


3. Detalle actual  del estado del teatro romano de Osuna, según http://arqueolugares.blogspot.com.es/2014/11/urso-osuna-romana-sevilla-andalucia-e_8.html

     Si la gestión del Estado se ejerciese por igual ante cualquier bien de nuestro patrimonio, nadie objetaría nada ante la petición de traspaso de sus titularidades. Pero, hoy por hoy, ese ejercicio público no está garantizado, por lo que noticias como las que llenan los periódicos sobre este tema estaría más dentro de la demagogia puntual que afecta a la situación política, que en la génesis de una nueva forma más efectiva de preservar la herencia histórico-artística de nuestros antepasados.
     Esa preservación sería la única que puede movernos a los patrimonialistas a impulsar los cambios de titularidad de los bienes, y solo en aquellos casos en el que la protección y uso social de los mismos no pueda garantizarse adecuadamente por la propiedad privada. Ya va siendo hora  de que la administración pública entienda que la gestión de sus bienes patrimoniales, así como su proyección turística, cultural y educativa, al igual que su protección, supone un volumen importantísimo de puestos de trabajos, pero también de generación de ingresos en beneficio de todos. Lo demás son intereses políticos parciales y demagogias circunstanciales del más diverso espectro, que solo conducirán a mantener la sospecha de que el objetivo perseguido no es la salvaguarda del pasado, sino alcanzar otros intereses economicistas antisociales, o defender ideologías que enmascaran fines aún menos transparentes, como serían diversas intransigencias y una profunda negación de lo diferente.

Pequeña nota bibliográfica

PACHÓN ROMERO, J.A. y RUIZ CECILIA, J.I. (2005): «La muralla Engel/Paris y la necrópolis orientalizante de Osuna». Florentia Iliberritana, 16. Granada, pp. 383-423.
PACHÓN ROMERO y RUIZ CECILIA, J.I. (2006), Las Cuevas de Osuna. Estudio histórico-arqueológico de una necrópolis rupestre de la Antigüedad. Patronato de Arte. Biblioteca de Amigos de los Museos. Osuna.
RUIZ CECILIA, J.I. (2008): «El teatro romano de Osuna: una revisión historiográfica». Bernardes, J.P. (Ed.), Hispania Romana. Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular. Universidad do Algarve, pp. 253-265.
RUIZ CECILIA, J.I. y PACHÓN ROMERO, J.A. (2012): «Jorge Bonsor y el teatro romano de Osuna». Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna, 14, pp. 47-54.

lunes, 23 de febrero de 2015

SOBRE EL GUERRERO FENICIO DE MÁLAGA

1. Proceso de excavación de la cámara del guerrero fenicio de Málaga (http://antrophistoria.blogspot.com.es/2012/09/el-hallazgo-de-una-tumba-monumental-de.html)
     Aunque la noticia que vamos a referir no es mía, no me resisto a dar cumplida cuenta de ella, por la trascendental importancia que representa para la historia de la arqueología peninsular, así como para la interpretación del fenómeno. No se trata de un hallazgo arqueológico de ultimísima actualidad (2012), aunque sí lo es su primera publicitación científica que se ha hecho en una nueva revista del ramo Ue-0 (http://www.arqueosur.es/es/3/revista-de-arqueologia-ue-0.html) y de la que voy a tomar prestadas sus páginas que reproducimos más abajo.
     Quienes de una, u otra manera, nos hemos dedicado en algún momento a la arqueología fenicia siempre habíamos pensado, casi mayoritariamente, que el contacto fenicio con las poblaciones indígenas se había producido en un idílico encuentro en el que las condiciones de intercambio, la explotación de los recursos y la relación entre foráneos y autóctonos se habían dado en un ambiente prioritariamente amable, donde -como mucho- las propias élites locales, asociadas con los colonizadores semitas, se habrían encargado de mantener una situación favorable al comercio con los fenicios, para mantener un privilegiado status de sus propias clases dominantes y garantizar el beneficio de los colonizadores. En esta posición casi unánime de la interpretación del pasado, hubo hace ya tiempo una voz disonante que empezó a plantear unas relaciones desequilibradas entre ambos mundos: el peninsular y el de los colonizadores orientales, llegando a hablar de una auténtica colonización agrícola del territorio meridional ibérico (González Wagner, 1983), para lo que habría sido imprescindible una ocupación del territorio y para la que, en determinadas ocasiones, el uso de la fuerza y las situaciones de enfrentamiento pudieron haber sido inevitables. Esta posición ha seguido siendo defendida por este autor hasta tiempos recientes, explicando el fenómeno colonizador como parte del proceso de expansión de la monarquía de Tiro (González Wagner, 2005), aceptando esos 'espacios' de tensión violenta entre las poblaciones locales y las colonizadoras. Aunque no todos los investigadores han aceptado este enfrentamiento desde una perspectiva violenta y también han seguido interpretando el fenómeno bajo ópticas más económicas y culturales (Aubet, 2005).
2. Vista reciente del amurallamiento del Cerro Alarcón, en el entorno del yacimiento fenicio de Tosacanos (comandofenix.blogspot.com).
     Inicialmente, aquella posición no dejaba de ser sumamente hipotética, ya que el registro arqueológico era remiso a proporcionar vestigios materiales que apoyaran de manera contundente esa visión militarizada de una situación de contacto entre culturas diferentes. No obstante, poco a poco, diversos autores han venido sumándose a esta posición interpretativa, bien bajo miradas de una interpretación puramente colonialista (Frankenstein, 1997), bien al amparo de lecturas más concretas de los hallazgos, en los que la presencia de lugares fronterizos fortificados en la parte fenicia (Fig. 2), como en Cerro Alarcón (Schubart, 2000 y 2002) y en la indígena más cercana (Fig. 3), como Fornes (Pachón y Carrasco, 2009), parecerían explicar situaciones de conflicto que antes no se habían destacado en el sentido de un enfrentamiento mutuo, fuera de las propios choques que sí parecían más factibles dentro del propio sector indígena, en el que la división, propia de una sociedad arcaica y aristocrática siempre había parecido más factible.
3. Vista aérea (2012) del yacimiento fortificado de la Mesa de Fornes, Granada (según Google earth).
     En este sentido, los hallazgos de la ciudad de Málaga entre los que se ha recuperado una tumba monumental de raigambre fenicia (García y López, 2015) resultan altamente esclarecedores, al poder asegurar que se trata de la inhumación de un guerrero, asociado a un ajuar característico en el que destacan una punta de lanza de hierro (Fig. 18) y un casco corintio de bronce (Fig. 21), datables en torno al siglo VII a.C. Un dato que permite asegurar con rotundidad que la presencia de población militarizada no fue ajena a la colonización fenicia, apoyando la existencia en la época de relaciones conflictivas que cabe suponer contra procesos de resistencia de los núcleos indígenas del interior. De cualquier modo, el estudio más exhaustivo de este hallazgo tendrá aún que mostrar más sorpresas, de las que quedamos a la espera. Mientras tanto, vale la pena conocer lo que del mismo acaba de publicarse (http://www.arqueosur.es/es/3/revista-de-arqueologia-ue-0.html) y que aquí reproducimos casi en su totalidad, salvo los dibujos detallados de las plantas de la sepultura (figs. 4 a 21):

Bibliografía

AUBET SEMMLER, Mª E., 2005:  "El 'Orientalizante'. Un fenómeno de contacto entre sociedades desiguales". El Período Orientalizante, I. Anejos de AEspA XXXV. Mérida: 117-128.
FRANKENSTEIN, S. 1997: Arqueología del colonialismo. El impacto fenicio y griego en el sur de la Península Ibérica y en el suroeste de Alemania. Ed. Crítica. Barcelona.
GONZÁLEZ WAGNER, C. 1983: Fenicios y cartagineses en la Península Ibérica. Ensayo de interpretación fundamentado en un análisis de los factores internos. Tesis Doctoral 20/83. Universidad Complutense. Madrid.
GARCÍA GONZÁLEZ, D. y LÓPEZ CHAMIZO, S. 2015: "La tumba del guerrero. Algunos apuntes en relación a un hallazgo arqueológico excepcional". Revista de Arqueología Ue-0. 1. Málaga: 5-32
GONZÁLEZ WAGNER, C. 2005: "Consideraciones sobre un nuevo modelo colonial fenicio en la Península Ibérica". El Período Orientalizante, I. Anejos de AEspA XXXV. Mérida: 149-165.
PACHÓN ROMERO J.A. y CARRASCO RUS, J.: "La Mesa de Fornes (Granada) y la semitización en la Vega de Granada: la trascendencia de la puerta sur-suroeste". Mainake XXXI: 353-376.
SCHUBART, H. 2000: "Alarcón. El yacimiento fenicio y las forttificaciones en la cima de Toscanos". Fenicios y Territorio. III Seminario Internacional sobre temas fenicios. Alicante: 263-294.
SCHUBART, H. 2002: "La ocupación fenicia y las murallas del Cerro del Alarcón situado sobre Toscanos. Las campañas de excavación de los años 1967 a 1984". Toscanos y Alarcón. El asentamiento fenicio en la desembocadura del río de Vélez. Excavaciones de 1967-1984. Cuadernos de Arqueología Mediteránea - 8. Barcelona: 95-154.
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martes, 27 de enero de 2015

LA MIRÓBRIGA DE CERRO CABEZO (CAPILLA, BADAJOZ) EN LA SIBERIA EXTREMEÑA: ENTRE EL OLVIDO Y LAS AGUAS DEL PANTANO DE LA SERENA

Recuperando trabajos editoriales de viejas excavaciones que realizamos hace ya algunos años, nos topamos con una de las publicaciones (que reproducimos más abajo) en la que dimos a conocer nuestras directas investigaciones en el yacimiento romano de Cerro Cabezo, allá por los años 86 y 87 del siglo pasado. Dos campañas que pudieron acompañarse de una serie de consideraciones que se publicaron en aquella época y que relacionamos en la bibliografía final de esta entrada.

1. Vista parcial del Embalse de la Serena, Badajoz, según http://www.sonymage.es/foro/viewtopic.php?t=8383
     Aquellas excavaciones respondían a la necesidad de constatar qué escondía el yacimiento, un lugar del que ya se tenía constancia de un famoso togado de mármol, entre otras referencias y que iba a quedar afectado por las aguas del proyectado pantano de La Serena, una vez que entrase en funcionamiento esta enorme infraestructura hídrica para convertir la zona en el lago artificial más grande de la Península y tercero de Europa (fig. 1), también en extensión.
     Las investigaciones, encargadas por la Consejería de la Junta de Extremadura se realizó en una doble línea de trabajo, entre dos equipos científicos, uno extremeño y otro granadino del que formamos parte en la dirección del proyecto, junto con Mauricio Pastor Muñoz y Javier Carrasco Rus. Los resultados solo se concluyeron parcialmente en nuestro caso, pero al menos fueron los únicos que se sacaron a la luz, pues la otra investigación quedó inédita. No obstante, nuestras observaciones directas en el sitio, permitieron diferencias las dos zonas exploradas, correspondiendo la nuestra a la nova urbs (ciudad nueva) del asentamiento, mientras la parte ajena a nuestra indagación mostraba rasgos suficientes como para achacarla a la vetus urbs (ciudad nueva); una diferenciación de muchos núcleos habitados de la Hispania romana, como ha demostrado la propia Italica (Canto, 1999) y cómo era habitual en lugares donde los colonizadores romanos reproducían sus modos de vida ajenos a los de los indígenas ibéricos.
     Desgraciadamente, el paso del tiempo, la falta de nuevas exploraciones en el sitio y el aislamiento del lugar por el propio pantano, ha ido relegando nuestro recuerdo a las publicaciones existentes y lo que es peor: hemos descubierto que recientes referencias incluso localizan equivocadamente el sitio, trasladando su ubicación al relativamente cercano núcleo de población de Capilla, como encontramos en una página web de indudable interés y ambiciosas pretensiones que debiera corregir errores como el que indicamos (fig. 2), que afecta negativamente a la profesionalidad de las instituciones que la auspician: Atlas antigüedad (pelagios.project) / Dr Leif Isaksen (Project Director) University of Southampton l.isaksen (at) soton.ac.uk / Dr Elton Barker (Community Director) The Open University
elton.barker (at) open.ac.uk / Dr Rainer Simon (Technical Director) AIT: Austrian Institute of Technology rainer.simon (at) ait.ac.at .

2. Localización de la Miróbriga extremeña, según Digital Atlas of Roman Empire (http://imperium.ahlfeldt.se/)

     Pero que debe corregirse, como tratamos de mostrar en nuestra siguiente propuesta gráfica de localización geográfica, a partir de una fotografía aérea antigua, anterior al pantano (fig. 3) y un mapa reciente con la inclusión del embalse actual (fig. 4).

3. Vista aérea según el vuelo americano de 1945-46, según Iberpix (http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html) y la indicación añadida de Miróbrica (Cerro del Cabezo) y la población actual de Capilla, Badajoz.

4. Mapa actual de la zona, según Iberpix. El círculo rojo de la derecha señala la situación de Cerro del Cabezo (Miróbriga) y al otro lado del embalse, a la izquierda, Capilla.
     Por lo demás, queremos reproducir aquí aquel texto sobre el yacimiento (Pastor y Pachón, 1993), para que sirva de memoria viva de lo que se pudo deducir de nuestras excavaciones, indicando después el resto de la bibliografía generada, para una mayor comprensión del sitio, ampliando algo la que ya se incluía en la aportación que reproducimos:








     Entre las conclusiones más interesantes que pudieron obtenerse, destacaríamos el mejor cnocimiento de la política colonial romana en una zona conflictiva que no se pacificó hasta fines del siglo II a.C., junto a la constatación de que el lugar pudo ser la antigua Miróbriga turdulorum, distinta de la Miróbriga lusitana, sita en el Alemtejo (Santiago do Cacém). Por otro lado, los restos arqueológicos exhumados indicarían un período de ocupación romano entre fines del siglo I a.C. al I d.C., al menos, sin descartar alguna pervivencia posterior. Entre los hallazgos, las cerámicas romanas destacan por el gran contenido de cerámicas grises de imitación campaniense, así como sigillatas, entre las que sobresale una forma hisànica con inscripción latina celtibera, en clara alusión a las poblaciones autóctonas que pudieron habitar por estos lugares. Tampoco podríamos olvidar los restos escultóricos que estaban asociados a una peculiar estructura constructiva que debió formar parte del área pública de la urbe.

BIBLIOGRAFÍA

CANTO, A. Mª, 1999: "La Vetus Urbs de Itálica, quince años después. La planta hipodámica de D. Demetrio de los Ríos y otras novedades",  Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 25,2, pp. 145-191.
PASTOR MUÑOZ, M. y PACHÓN ROMERO, J.A., 1991: "Excavación arqueológica en Miróbriga: campañas de 1987-1988". I Jornadas de Prehistoria y Arqueología en Extremadura (1986-1990). Extremadura Arqueológica, II. Cáceres, pp. 347-360.
PASTOR MUÑOZ, M.; PACHÓN ROMERO, J.A. y CARRASCO RUS, J., 1992: Mirobriga: excavaciones arqueológicas en el 'Cerro del Cabezo' (Capilla, Badajoz). Campañas 1987-1988. Junta de Extremadura. Mérida.
PASTOR MUÑOZ, M.; PACHÓN ROMERO, J.A, 1993a: "Miróbriga turdulorum. Síntesis histórico-arqueológica". II Congresso Peninsular de História Antiga (1990). v. II, Coimbra, pp. 597-621. 
PASTOR MUÑOZ, M. y PACHÓN ROMERO, J.A. 1993b: "Miróbriga: una ciudad romana de la Siberia extremeña". Revista de Arqueología, 130, octubre, Madrid, pp. 44-51.ppPASTO7-621
PASTOR MUÑOZ, M.; PACHÓN ROMERO, J.A, 1998: "Mirobriga turdulorum. Investigación histórico-arqueológica". Homenaje a J. Mª Blázquez, v. 5, Madrid, pp. 259-292.

viernes, 23 de enero de 2015

BIBLIOGRAFÍA DIGITAL, NUEVO MODO DE CONSERVAR EL PATRIMONIO: LA OBRA CUMBRE DEL CORONEL STOFFEL

1. Hispania romana, según la Planche 4 del Atlas de E. Stoffel (1887, vol, III). Archivo Militar de Madrid.
     Muchas son las vertientes negativas que se siguen destacando sobre las nuevas tecnologías y, en concreto, las derivadas del propio Internet, de sus redes sociales o de la información sin control que circula por ellas; así como las nefastas consecuencias en la génesis de nuevos delitos o en el acicate de otras antiguas ilegalidades. Aunque, también, debe destacarse el fácil acceso que esos nuevos medios han comportado respecto de un volumen ingente de información que en otros tiempos era de casi imposible alcance para la mayoría de interesados y estudiosos de muy diversos campos del saber; pero que, tras empezar a ser digitalizado y disponerse bajo régimen abierto en la red, ha permitido que su consulta sea inmediata y puedan preservarse los originales en sus centros de custodia.
  Sería también imposible de enumerar, en lo que se refiere al patrimonio documental, la cada vez más ingente nómina de escritos de todo tipo que hoy está disponible en la red para el fácil disfrute de todos, así como para su utilización en investigaciones de variado tipo, ya sean de carácter literario, histórico, artístico o científico en general.
  La enorme facilidad de acceso a todo un universo de conocimiento que parece no acabar de crecer ha llevado a múltiples centros de estudio y conservación (universidades, bibliotecas, archivos, museos) a ir desplazando a ese espacio virtual, prácticamente ilimitado, buena parte de sus contenidos documentales, no solo para facilitar su consulta y uso, sino para preservar las referencias originales que en muchos casos son ya objetos de especial cuidado y de imposible consulta directa, en mor de la más adecuada conservación de esos bienes patrimoniales.
  Este blog siempre ha discurrido por aspectos fundamentalmente arqueológicos y del patrimonio histórico monumental, pero en ese devenir también hemos destacado un buen número de publicaciones que habían tratado muchos de esos bienes patrimoniales, a través de excavaciones, análisis historiográficos y acercamientos desde diversas perspectivas indagatorias. Entre ellas, incluso hicimos un hueco a un corpus que considerábamos de enorme interés y que hemos venido incluyendo en la columna derecha de nuestra publicación, dentro del apartado que denominamos Referentes historiográficos. Muchas de las obras allí incluidas requerirían un análisis particularizado, así como un comentario actualizado del valor que han venido significando para la comprensión de la historia, la cultura y el patrimonio arqueológico.
2. Busto de E. Stoffel, debido a Alphonse de Stuers. Museoparc d'Alesia. Según http://commons.wikimedia.org/wiki/File%3AEug%C3%A8ne_Stoffel.JPG
  Pero ahora, nos trae aquí una referencia que acaba de empezar a conocerse en Internet y que, en el preciso momento en que redactamos estas líneas, ni siquiera parece disponible en su totalidad. Nos referimos a la obra de referencia de un militar francés (fig. 2) decimonónico de origen suizo, que estuvo relacionado con las aventuras militares de la Francia del II Imperio, la personalidad del emperador Napoleón III y el propio espíritu expansivo del colonialismo del siglo XIX de nuestro país vecino. De hecho, el propio tercer Napoleón también nos dejó su muy particular visión de Julio César (fig. 3), en dos volúmenes (1865-66), que también pueden descargarse hoy desde la red (http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k6490862h y http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k243365), más un tomito cartográfico que se publicó aparte y hoy está disponible en Internet gracias a la Biblioteca Nacional (http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000089001). Todo, producto de un interés especialmente apasionado por la arqueología antigua del mediodía europeo y del que tenemos acercamientos muy recientes y recomendables (Laronde, Tourbet et Léclant, 2011).
  Nuestro autor, Eugène-George-Henri-Céleste Stoffel (fig. 2) escribió varias obras históricas propias de su disciplina profesional, pero entre ellas destacó sobre todas la 'biografía' militar que nos dejó sobre Julio César (Stoffel, 1887). Aunque, inicialmente, pudiera entenderse como una réplica de la obra de Napoleón, dado que el oficial estuvo en la Península bajo sus directrices, en función de documentar la propia obra del emperador y por la idéntica estructura de ambas publicaciones, la realidad es otra. Así, la fecha de su publicación, dos décadas después de la de su patrón, ya indicaría por sí misma la materialización de una más sesuda reflexión; algo que en el caso del atlas cartográfico alcanza sus más altas cotas de especialización del momento. En conjunto deberíamos hablar mejor de dos estudios complementarios.
     En lo cartográfico, Stoffel contó con un espléndido equipo de expertos cartógrafos militares que, en el caso de las referencias sobre la campaña del dictador romano frente a los seguidores pompeyanos, estuvo integrado por militares españoles que le ayudaron (Le Gall, 1987) a levantar la topografía del teatro guerrero que ellos suponían de la antigua batalla de Munda en los alrededores de Montilla (fig. 4). Estos mapas recogen los más mínimos detalles, junto con una imagen muy realista y cargada de cromatismo para evidenciar las menores irregularidades del terreno, todo un logro en una época como la del siglo XIX en la que solo se contaba con los datos topográficos recogidos sobre el terreno y sin los adelantos actuales, aunque el resultado no es mucho menos apreciable y suponía un paso más respecto de los mapas previos de Napoleón. La obra de Stoffel también está disponible parcialmente en las redes, ya que no hemos podido encontrar el primer tomo, aunque sí el segundo (https://archive.org/details/DeLaBatailleDePharsaleLaMortDe) y, lo que es más importante, el atlas, gracias en este caso a la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico, a partir de un ejemplar conservado en la cartoteca que conserva el Archivo Militar de Madrid (http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?control=BVPB20110069543)
4. La batalla de Munda. Planche 24 del Atlas de E. Stoffel (1887, vol, III). Archivo Militar de Madrid.
    Hoy, la investigación va por otros derroteros en el campo de la interpretación de aquellas campañas militares y de la identificación de los lugares referenciales de esos conflictos, incluyendo el particular caso de Munda, como podemos encontrar en los contenidos del volumen monográfico sobre César en Andalucía que publicara la Universidad de Córdoba no hace aún demasiado tiempo (Melchor, Mellado y Rodrígeuz-Neila, 2005). Pero no es un debate que se pueda considerar cerrado, por lo que toda aportación al mismo, ya proceda de la propia arqueología o de la reinvención de los documentos conocidos de antiguo sigue siendo de una importancia fundamental.
    En este sentido, la accesibilidad y visualización cada vez mayor de datos antiguos, gracias a la digitalización de los fondos de bibliotecas, cartotecas, archivos y demás, así como su acceso a un mayor número de estudiosos, facilitará no solo su conocimiento, sino la posibilidad de un intercambio más diverso de ideas que no harán sino mejorar la lectura más apropiada de los hechos históricos. El libro de E. Stoffel es un caso más, pero por sus excepcionales características representa un paradigma de cómo ciertos bienes patrimoniales pueden estar universalmente disponibles, sin que pongamos en peligro su necesaria y obligada conservación. Es el camino que debemos seguir y que, desde espacios como este, estamos dispuestos a apoyar siempre.

BIBLIOGRAFÍA

LARONDE, A; TOUBERT, P. et LECLANT, J. (éd.) (2011), Histoire et archéologie méditerranéenne sous Napoléon iii, Paris, De Boccard.
LE GALL, J., (1987), "Un exemple de collaboration franco-espagnole en archéologie au siècle dernier. Napoléon III fait rechercher les traces des campagnes de César en Espagne", Gerión, 5. Madrid, pp. 8-14.
MELCHOR GIL, E.; MELLADO RODRÍGUEZ, J. y RODRÍGUEZ-NEILA, J.F. (eds.), (2005), Julio César y Corduba: tiempo y espacio en la campaña de Munda (49-45 a-C.). Universidad de Córdoba.
NAPOLEÓN BONAPARTE, L. (Napoleón III), (1865-66 y 1870), Histoire de Jules César (tome I) - Guerre des Gaules (tome II)´- Atlas (tome III). Henri Plon, Paris.
STOFFEL, Le C., (1887), Histoire de Jules César. Guerre Civile: Du passage du Rubicon á la bataille de Pharsale (tome I) - De la Bataille de Pharsale á la mort de César (tome II) - Atlas (tome III). Ed. National, Paris.