Vista de conjunto desde el noroeste (© Pachón, 2019).
El domingo 13 de enero pasado, giramos visita a Alcalá la Real con la intención de actualizar las imágenes fotográficas de la necrópolis rupestre de la Edad del Cobre de los Llanos de San Marcos. Pero no pudimos acceder al lugar, porque toda la zona se encontraba vallada, parece que por iniciativa de su actual propietario. No obstante, aprovechamos para observar el resultado de la reciente restauración a que se ha sometido la caseta del nacimiento de aguas de San Marcos, que fuera objeto de una publicación crítica en este mismo blog hace ya más de cinco años (https://japr5.blogspot.com/2013/09/el-deposito-de-aguas-de-san-marcos-de.html).
En aquella publicación pretendíamos hacer un relato histórico del edificio e incidir en los problemas de conservación que presentaba, siendo crítico con las transformaciones que habían afectado al entorno del monumento, con una acera que sobreelevaba artificialmente el nivel del suelo, pero dando lugar al rehundimiento del área visible del monumento, con lo que quedaba reducida en muchos sitios la pared del mismo a tan solo cinco hiladas de piedra de las siete que hoy sabemos componen la parte externa y visible de la construcción. También se denunciaba la presencia de farolas en su entorno, impidiendo la visión de conjunto del depósito, junto con el tapiado de una ventana en la fachada oriental del depósito, que dificultaba apreciar la originalidad integral del edificio.
Las fachadas del edificio de este a oeste (izda. a derecha), antes de la intervención (© Pachón, 2013).
Afortunadamente, las acciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Alcalá desde el año 2014 han cambiado radicalmente la situación. Gracias al programa de remozado urbano de toda esta zona del camino de San Marcos, atendiendo a la obra concreta de rehabilitación del aljibe “Nacimiento de San Marcos” y cofinanciada por el propia Ayuntamiento (20 %) y la ayuda europea de fondos FEDER (80 %), dentro del Proyecto de Desarrollo Socioeconómico de la Zona Norte de Alcalá la Real II. El resultado de la actuación es visible para cualquier paseante de los alrededores donde se localiza el aljibe y no podemos estar más satisfechos por lo conseguido, ya que a nuestro entender se han solucionado los inconvenientes que habíamos detectado en la publicación que sobre el monumento hicimos un año antes (2013).
Aspecto actual del Nacimiento tras la restauración (© Pachón, 2019).
De hecho, el depósito de aguas de San Marcos luce hoy con un inmejorable aspecto que ha eliminado la invasión de líquenes que oscurecía la superficie pétrea del monumento, se ha inyectado un componente hidrófugo para prevenir su nueva propagación, se han eliminado todos los añadidos de mortero moderno que cegaba alguno de los vanos originales de la construcción, como el existente en la fachada oriental, así como las irregularidades de los paramentos históricos.
Comparativa de la ventana oriental, antes y después de la intervención (© Pachón, 2013 y 2019).
El mejoramiento del monumento se ha acompañado con un adecentamiento del entorno, consistente en la supresión de las farolas que limitaban la visión de conjunto de la construcción y su sustitución por un sistema de iluminación embutido en el nuevo encerado, que realza la imagen del aljibe durante las horas nocturnas. Así dejan de producir disturbios visuales con las líneas verticales de los viejos postes de iluminación, torretas y cableado eléctrico, que antes chocaban –muy poco estéticamente– con las referencias mucho más clásicas del edificio.
El Nacimiento desde el sur, hace seis años (© Pachón, 2013).
Junto con eso, el conjunto se acompaña con cartelería informativa (literaria y fotográfica) sobre la historia del monumento, que se sitúa en la acera opuesta para no interferir en su contemplación. Su contenido se centra en los detalles de la parte mejor conservada del aljibe, aunque a nuestro entender faltaría la mención del sector más antiguo, el que choca perpendicularmente con el frente rocoso del costado meridional del camino, conformando una especie de pasillo abovedado a dos aguas, más bajo que el resto de lo construido con techumbre piramidal y que, por su peculiar ensamblaje con la edificación más reciente, simplemente yuxtapuesto, así como el empleo de diferentes calibres de sillares en sus alzados, justificaría de por sí una interpretación diacrónica de la lectura de esos paramentos y su explicación como parte preexistente a la que se acopló el sector más monumental del edificio, ya probablemente en el siglo XVI.
Cartelería del monumento.
Hecha esta salvedad, hemos de agradecer la actuación llevada a cabo en el manantial de San Marcos, que recupera buena parte de su antiguo esplendor, habiéndose detenido el lento deterioro de su obra, por el olvido y la desidia de años precedentes. Condiciones que la habían sumido en una desalentadora situación, que la hacía invisible al interés de gran parte de los alcalaínos y forasteros que pasaban por su lado. Se ha hecho patente en este pequeño resto de la historia local, que el conocimiento y cuantas actuaciones se lleven a cabo para su propagación social, acaban siendo los mejores mecanismos para que el patrimonio proyecte su sombra hacia la sociedad y sobre las generaciones futuras. Nuestra más efusiva enhorabuena a quienes lo han hecho posible: todos los integrantes de la corporación municipal de Alcalá la Real, en general, y a su concejalía de Cultura, en particular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario