miércoles, 29 de agosto de 2012

INSCRIPCIÓN FENICIA SOBRE FUENTE CERÁMICA GRIS DEL CERRO DE LOS INFANTES (PINOS-PUENTE, GRANADA)

Desde los primeros días de julio está publicada en la web del Centro de Estudios de Arqueología Bastetana (http://www.ceab.es/), en la sección foto del mes, el siguiente artículo, que transcribimos por su interés para la arqueología granadina.
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Inscripción Fenicia sobre Fuente Cerámica Gris del Cerro de los Infantes (Pinos-Puente, Granada)
  A finales de los años setenta del pasado siglo, la apertura de una cantera en la ladera suroccidental del Cerro de los Infantes (Pinos Puente, Granada) permitió el hallazgo de una serie de elementos cerámicos, a raíz del cual se detuvo parcialmente la actividad extractiva y se realizó una campaña de excavación arqueológica en los alrededores del sitio, en el verano de 1980. Los miembros del equipo de investigación del Museo Arqueológico Provincial y del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada sacaron a la luz un horno alfarero que había estado en activo durante los siglos VII-VI a. C., aunque quizás con una mayor incidencia durante la séptima centuria.
Entre los productos que allí se generaron, las cerámicas grises a torno orientalizantes fueron de las más significativas. En este sentido, la fuente gris de la imagen, recogida de las escombreras de aquella cantera hace ya más de treinta años, debió corresponder con alguna de las producciones que aquel centro alfarero fabricó para el mercado local, aunque no pueda descartarse su más inmediata procedencia de una necrópolis situada en las cotas más altas de aquella ladera, o incluso su generación en centros productores cercanos, como los malagueños.
La fotografía recoge tres perspectivas diferentes de esa fuente: arriba, a la izquierda, una vista superior, mostrando los cuatro fragmentos concertados de la vasija; arriba, a la derecha, el perfil del vaso ilustrando las irregularidades del diseño; abajo, a la izquierda, una vista inferior en la que se aprecia el fondo de asiento con una patente marca inscrita; por último, abajo, a la derecha, un detalle de la misma aumentada tres veces.
Estas cerámicas, formalmente, son un reflejo tardío de las vajillas a mano, habituales en los repertorios domésticos de las comunidades indígenas coetáneas con la colonización fenicia, por lo que debieron servir de modelo en los primeros prototipos torneados semitas para el mercado local, hasta su aceptación por el mundo autóctono. En un determinado momento de ese proceso, se haría factible para esos grupos locales empezar a fabricar productos en consonancia con los tradicionales recipientes indígenas; pero en los que, además, habían sido habituales las coloraciones oscuras, propias de ambientes de cocción faltos de la oxidación de las cerámicas fenicias y frente a las que las vajillas reductoras grises eran una opción sustitutiva muy convincente, aunque realizadas ya con la nueva técnica importada del torno.
Sin embargo, lo más importante de la fuente cerámica de Los Infantes es que presenta exteriormente, sobre el fondo de asiento, un signo hundido en la superficie que se grabó antes de que su artífice la iintrodujera en el horno (graffiti ante coctionen), cuando la arcilla estaba todavía suficientemente blanda para poder trabajarla. El signo en cuestión representa fielmente la letra (shim), perteneciente al alfabeto fenicio clásico y que se corresponde con una grafía () de conocida transcripción (š), por lo que las concomitancias culturales del recipiente son del todo claras, aunque se diese el supuesto de que no entendiésemos absolutamente nada de la tipología cerámica, ni tampoco de su cronología.
Estas escrituras fenicias son hoy de gran interés y han sido incorporadas en algunas conocidas webs (http://lila.sns.it/mnamon/index.php?page=Risorse&id=23) y como afortunadamente empiezan ya a recogerse entre los objetivos de ciertos proyectos de investigación desarrollados por universidades españolas (http://cefyp.blogspot.com.es/2012/03/periferia-y-centro-la-implantacion_18.html). Pero todavía siguen siendo muchas las dificultades interpretativas que lastran el conocimiento de estas antiguas escrituras, al no permitir demasiadas consideraciones respecto del verdadero sentido de este tipo de marcas sobre cerámica; aunque lo que parece más evidente es que pudieron corresponderse con signos y significados de origen, pertenencia, contenido o metrología (pesos y medidas).
En el caso de los signos de origen o pertenencia, cabría dos posibilidades. La primera, si la letra se hizo antes de la cocción (graffiti ante coctionem), cuando lo más probable es que el signo fuese una abreviatura relativa a un patronímico [nombres propios o de personas (NNPP)], correspondientes –por lo general– al alfarero que realizó la vasija; explicando así la procedencia del taller donde se elaboró el artículo. La segunda, si la marca se realizó después de su fabricación (graffiti post coctionem), lo más probable es que también se tratara de una marca de propiedad (NNPP); aunque en este caso no sería del fabricante, sino del dueño del producto.
Ahora bien, no todo el signario utilizado tendría que corresponderse con NNPP, independientemente de que se hubieran realizado antes o después de la cocción. En realidad, entre los signos grabados en la superficie de los vasos cerámicos también pudo ser habitual que se empleasen símbolos epigráficos, pero con una directa indicación acerca del contenido o del uso que iba a dársele al recipiente.
Si atendemos a algunas inscripciones en vasos de alabastro, secuencias más largas de inscripción podrían hacer alusión a esos contenidos. En cambio, sí sabemos que en otros muchos casos, como en la fuente de Infantes, se emplearon símbolos monográficos con la enorme dificultad que les atañe, debido a lo complejo que resulta despejar las dudas respecto de su significado, no solo por el hecho de que se trate evidentemente de fórmulas abreviadas, sino tan reducidas que resulta arduo alcanzar una lectura precisa de las mismas. Sin olvidar tampoco que la grafía fenicia desarrolló un sistema de escritura sin indicación gráfica de las vocales, particularidad por la que los textos fragmentarios que nos han llegado facilitan aún menos un análisis mínimamente adecuado.
Así, solo cabe proponer hipótesis interpretativas de mayor o menor verosimilitud, pues aunque no estén faltas de cierta lógica, son proclives a inducir conclusiones y elucubraciones, total o parcialmente, erróneas. En este sentido, en otras escrituras del Mediterráneo oriental, como la jeroglífica egipcia, se sabe cómo el signo consonántico shim (š) se representaba con un ideograma rectangular.
Pero, en este sistema cada signo tenía un significado concreto, que en nuestro caso fue estanque, agua estancada o porción de agua. Si en el mundo fenicio la letra  pudo formar parte de palabras más complejas, pero con un significado equivalente, relativo al agua, nada impide proyectar esa equivalencia y deducir que los vasos que portaban ese signo pudieron ser contenedores de agua o recipientes para beberla, destinados a algún tipo de bebida. Pese a ello, somos conscientes de que no sería más que una hipótesis en cierta medida arriesgada.
Otra cuestión es el tema relativo a los pesos y medidas, en los que el signo que vemos en la fuente de Pinos, también lo encontramos solo con su inicial sobre algunos pesos metálicos, indicando la unidad metrológica šql (): el siclo, que equivalía aproximadamente a un peso de entre 11 a 14 gramos, dependiendo de la región mediterránea donde se aplicase, o incluso si se trataba de pesos en general o de pesos en plata, adecuado en tal caso a la moneda. No obstante, lo habitual en el tipo de inscripciones que nos atañe, es que la letra shim se acompañara de algún signo numeral, cosa que no ha podido detectarse en este vaso cerámico.
Por lo demás, en la zona occidental de la provincia de Granada, cada vez conocemos más documentos epigráficos de esta especie, por lo que el corpus disponible permitirá en un futuro no muy lejano ahondar en las incógnitas que todavía trasluce esta antigua escritura de la civilización fenicia. Estaríamos, pues, ante un vestigio patrimonial relativamente frecuente entre los vestigios arqueológicos de estos territorios en época orientalizante, aunque de un valor interpretativo extraordinario.

Texto: Juan Antonio Pachón Romero

BIBLIOGRAFÍA
  • CONTRERAS, F., CARRIÓN, F. y JABALOY, Mª E. (1983): “Un horno de alfarero protohistórico en el Cerro de los Infantes (Pinos Puente, Granada)”, XVI Congreso Nacional de Arqueología, Zaragoza, 1983, pp. 533-539.
  • MARTÍN, E., RAMÍREZ, J. D. y RECIO, Á. (2006): “Producción alfarera fenicio- púnica en la costa de Vélez-Málaga (siglos VIII-V a. C.”, Tiempos de púrpura. Málaga antigua y antigüedades hispanas
    (I). Mainake, XXVIII, pp. 257-287.
  • MENDOZA, Á., MOLINA, F., ARTEAGA, O. y AGUAYO, P.(1981): «Cerro de los Infantes (Pinos Puente, Provinz Granada). Ein Beitrag zur Bronze und Eisenzeit in Oberandalusien», Madrider Mitteilungen, 22, pp. 171-210.
  • PACHÓN, J. A. y CARRASCO, J. (2009): “La Mesa de Fornes (Granada) y la semitización en la Vega de Granada: la trascendencia de la Puerta Sur-Suroeste”, Mainake, XXXI, pp. 353-376.
  • PACHÓN, J. A. y CARRASCO, J. (2011): “Acerca de la facies fenicia en el territorio occidental granadino. Una mirada desde el interior”, Antiquitas, 23, pp. 87-118..

     

lunes, 27 de agosto de 2012

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LA MERCED (CABRA, CÓRDOBA)


     Se inician las excavaciones en el Cerro de la Merced de Cabra (Córdoba). En los tiempos que corren es toda una hazaña comprobar cómo algunas actividades arqueológicas pueden seguir su curso. En esta ocasión la investigación es muy significativa, porque ayudará a explicar el uso que se le dio en tiempos finales de lo ibérico y en época republicana a los caminos y a los enclaves que los controlaban, máxime en estos lugares cordobeses de gran implicación en las guerras entre romanos y cartagineses. Esta iniciativa se debe a la colaboración del Ayuntamiento de Cabra y a la Universidad Autónoma de Madrid, especialmente al interés del profesor Fernando Quesada Sanz, experto en armamento y conflictos militares antiguos, así como gran conocedor de la arqueología antigua de la Subbética. Los felicitamos desde aquí por esta empresa común.
     Por otro lado, reproducimos a continuación los datos para poder participar en esta campaña de excavaciones como voluntario (http://www.elpaseocultural.es/contenido.php?sec=0&id=310), lo que será de gran utilidad curricular para estudiantes y licenciados de las disciplinas afines a la actividad:


VOLUNTARIADO PARA PARTICIPAR EN LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL CERRO DE LA MERCED (CABRA).

Dirección: Fernando Quesada Sanz (Prof. Titular de Arqueología, Subdirector. Dpto. de Arqueología, Facultad de Fil. y Letras, Universidad Autónoma de Madrid.)

FECHAS: Del 3 de septiembre al 29 de septiembre de 2012-08-22

HORARIO:

Trabajo de campo: lunes a viernes de 08.00 a 14.00 horas.

Trabajo de gabinete: lunes a viernes de 18.00 a 21.00 horas, sábado de 09.00 a 14.00 horas.

TAREAS A REALIZAR:

Excavación en todas sus formas básicas, desde excavar con piqueta y palustrilla, perfilar cortes, limpiar estructuras y unidades estratigráficas, documentación planimétrica y cotas.

Lavado de cerámica, organización de materiales, colaboración en la clasificación preliminar, incluso siglado.

CRITERIOS DE SELECCIÓN.

Teniendo en cuenta que se trata de una actividad de carácter científico, que necesita una metodología muy precisa, y considerando que esta participación tiene un carácter de aprendizaje, sólo se pueden ofrecer tres plazas.

Se tendrán en cuenta estos criterios.

a. Estudios académicos relacionados con la arqueología (Humanidades, Historia, …): Finalizados, en curso, o matriculado.

b. Residencia en Cabra. 

c. Disposición de vehículo propio.

d. Disponibilidad para la campaña completa.

PLAZO DE SOLICITUD.

23 a 30 de agosto.

Delegación de Cultura (Casa de la Cultura). Horario de biblioteca.

El Ilmo. Ayuntamiento de Cabra contratará un Seguro de Accidentes para los participantes en este voluntariado.

sábado, 25 de agosto de 2012

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA SOBRE TERRACOTAS PRERROMANAS

     Aunque no se trate de una estricta novedad bibliográfica, la reciente publicación (2011) de esta obra merece que la relacionemos aquí, al tratarse de un trabajo (en francés) que, además, cubre un hueco en la investigación arqueológica de la Península Ibérica y del sur de Francia. En la publicación también se recoge una importante serie de terracotas de yacimientos andaluces.
     La referencia la tomamos directamente del siguiente enlace de la Casa de Velázquez, que es la institución responsable de la presente edición:

http://www.casadevelazquez.org/accueil/librairie-en-ligne/livre/iberes-grecs-et-puniques-en-extreme-occident/


Ibères, Grecs et Puniques en Extrême-Occident

Les terres cuites de l'espace ibérique (VIIIe-IIe siècle av. J.-C.)

  • 105 €
  • 2011
  • ISBN 9788496820647
  • 402 p.
  • 21 x 29,7 cms.
  • Broché
  • Bibliothèque de la Casa de Velázquez no 54
Ce livre s'attache à faire connaître des objets souvent méconnus : les sculptures en argile d'époque préromaine d'Espagne et du Languedoc. Il permet en particulier de répondre à plusieurs questions.
Quels types de terres cuites étaient employés par les Grecs, les Phéniciens et les Puniques de l'espace Ibérique ? Quels usages funéraire et cultuel les Ibères ont-ils faits de ces objets, produits localement ou importés ? Où, quand et comment ont été réalisés ces différents matériels ? Quels témoignages nous apportent-ils sur la nature des relations ibéro-grecques, ibéro-puniques et gréco-puniques ?
Agrémenté d'un catalogue illustré des objets et d'un répertoire des sites sur CD-ROM, cet ouvrage permet d'aborder de façon novatrice la question des échanges culturels, stylistiques et iconographiques dans l'Extrême-Occident préromain, sous l'éclairage d'un matériel rassemblé ici pour la première fois.

TÉLÉCHARGEZ un extrait du catalogue illustré des terres cuites.

TABLE DES MATIÈRES

ANALYSE DU CORPUS
I. - Les terres cuites anthropomorphes : corpus et iconographie
II. - Les brûle-parfums à figure féminine
III. - Les terres cuites zoomorphes : analyse du corpus et iconographie
LA COROPLATHIE DES CITÉS PHÉNICO-PUNIQUES ET HELLÉNIQUES DE L’ESPACE IBÉRIQUE
IV. - Terres cuites de style grec et cités phocéennes d’Extrême-Occident
V. - Les terres cuites des sites phénico-puniques d’Andalousie
LES TERRES CUITES DU MONDE INDIGÈNE. PRODUCTION ET USAGE
VI. - La production des terres cuites ibériques. Étude d’ateliers
VII. - Terres cuites, nécropoles et société ibériques
VIII. - Les terres cuites des sanctuaires ibériques
TERRES CUITES ET ÉCHANGES CULTURELS DANS L’ESPACE IBÉRIQUE
IX. - Emporia Grecs, Ibères et terres cuites
X. - Terres cuites ibériques et coroplathie punique
CD-ROM : ANNEXES
I. - Catalogue illustré des terres cuites de l’espace Ibérique
II. - Catalogue des sites de découverte des terres cuites

viernes, 24 de agosto de 2012

EXCAVACIONES EN LA MURALLA DE VILLAVIEJA, FUENTES DE CESNA (GRANADA)


1. Villavieja 2012: borde septentrional de la meseta rocosa de los Tajos de Villavieja, mostrando su situación estratégica desde la que se domina el Cerro del Castillo (centro) y el Pantano de Iznájar. (© Juan A. Pachón).

     Durante el mes de agosto, como se ha venido indicando en algún que otro foro de las redes sociales (https://www.facebook.com/Algarinejo/posts/414973151873899), se ha estado llevando a cabo una campaña arqueológica en los Tajos de Villavieja (Fig.1), bajo la desinteresada responsabilidad de un equipo científico del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, cuyos miembros pertenecen a grupos de investigación de la Secretaría General de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía, alumnos del Máster Interuniversitario de Arqueología y de las licenciaturas propias de aquel departamento, así como profesionales de la geología y la arquitectura: todos, bajo la dirección del profesor Dr. Antonio Morgado Rodríguez.
     Los trabajos (Fig. 2) se han sufragado gracias a una pequeña y conjunta aportación económica del Ayuntamiento de Fuentes de Cesna y de la Diputación Provincial de Granada, así como a la cesión de los locales del Colegio Público San Jerónimo de la localidad, que han servido de improvisado y acogedor hotel para el equipo, además de almacén y laboratorio. La actuación desarrollada no hubiese sido posible sin el interés mostrado por estas dos instituciones que, desde un principio, han sabido ser sensibles respecto de las posibilidades de proyección futura que el yacimiento ofrece en cuanto a su potenciación turística, integración en programas culturales de clara dinamización económica para la zona y del enorme interés patrimonial y científico que el sitio representa, no solo para esta parte de la provincia de Granada, sino para toda Andalucía, la Península y la mitad occidental del área mediterránea.


2. Villavieja 2012: tareas de excavación a intramuros del recinto. (© Juan A. Pachón). 

     Las investigaciones realizadas son resultado directo del interés despertado en la comunidad científica por este yacimiento arqueológico desde tiempo atrás, como también tratamos de exponer en este mismo blog en el pasado mes de abril (http://japr5.blogspot.com.es/2012/04/asentamiento-de-la-edad-del-cobre-en.html). Aunque, quizás, lo más importante de esta primera toma de contacto con el sitio haya sido la comprobación de algunas de las hipótesis iniciales que se presumían en la interpretación histórico-cultural del mismo. Así, se ha hecho evidente que la mayor parte de los vestigios arqueológicos que todavía hoy son visibles corresponden a la Edad del Cobre, ya que se han encontrado estructuras, cerámicas y elementos de piedra tallada correspondiente a lo habitual en las civilizaciones del III milenio a.C. y comunes para esa época en esta zona geográfica.


3. Vista aérea de los Tajos de Villavieja con la indicación aproximada del desarrollo de la muralla (línea roja), cerrando el flanco este y sur. (A partir de Google Earth).


4. Villavieja 2012: panorámica parcial del lienzo murario oriental, aún sin investigar, oculto parcialmente por los derrumbes acumulados en su parte externa. (© Juan A. Pachón).

     Al margen de estos previsibles resultados, la investigación se ha centrado en la comprobación de los restos constructivos monumentales que cerraban el espacio habitacional ocupado en ese momento prehistórico y que se han mostrado de forma irrefutable y sorprendente, confirmando la existencia de un cierre amurallado que circunda todo el flanco oriental del yacimiento y en parte del sector sur, allí por donde era más fácil acceder al área habitada (Fig. 3-4). El resto del límite del poblado quedaba bien guarnecido por la presencia del corte natural de la roca arenisca, donde se asienta, conformando una serie de acantilados naturales que son mayoritariamente eficaces en los límites occidental y septentrional del conjunto. De todos modos, en el flanco norte, muy cerca del ángulo noreste, existe una pequeña brecha en el tajo que bordea el yacimiento, facilitándose aquí una posible entrada natural al mismo, pero donde los antiguos habitantes de Villlavieja también dotaron de un cierre amurallado para evitar asaltos inesperados (Fig. 5).


5. Villavieja 2012: cierre norte de la muralla, las hiladas del alzado murario pueden observarse en la parte superior izquierda. (© Juan A. Pachón).

     La indagación realizada ha podido comprobar que la zona conservada de muralla se extiende prácticamente por todo el perímetro de cierre señalado, alcanzándose en ciertos lugares una conservación considerable por encima de los dos metros, pero que al estar calzado el lienzo sobre la base rocosa donde existe un peralte natural, la altura existente sobrepasa frente a cualquier intruso los tres metros (Fig. 6), sin contar las pérdidas de hiladas arruinadas por el paso del tiempo y que han quedado constatadas en los derrumbes excavados intramuros y extramuros.


6. Villavieja 2012: aspecto frontal del alzado exterior de la muralla, durante las investigaciones de 2012. Las hiladas apoyan directamente sobre la roca natural de arenisca.  (© Juan A. Pachón).

     Constructivamente, la muralla ofrece dos lienzos diferenciados. de los que el primero es más ancho, a modo de gran escalón basal, mientras que el segundo se retranquea ligeramente hacia el poblado. No obstante, la similitud de la factura –en ambos casos– impide por el momento avanzar si se trató de dos fases constructivas o, simplemente, de una estrategia tecnológica, a fin de dotar a la construcción defensiva de un mayor apoyo y estabilidad estructural (Fig. 7).


7. Villavieja 2012: retranqueo estructural del lienzo murario exterior. (© Juan A. Pachón).

Es posible que esta característica también responda a la necesidad de apoyar con mayores garantías el remate final de la muralla, que podría haberse coronado con una empalizada que dotaría al conjunto de mayor envergadura vertical, facilitando la defensa con una posición de mayor dominio frente a previsibles asaltantes. Esa mayor altura sería más difícil de alcanzar si los puntos de apoyo de la empalizada hubiesen tenido que apuntalarse a partir de la roca base, en lugar de hacerlo en la base escalonada  generada por el retranqueo que estamos comentando. Los lugares de fijación de los pilares de sujección de esa empalizada se han podido ver en determinados paños de la muralla conservada (Fig. 8), por lo que debe destacarse que su presencia se dispondría modularmente a lo largo de la misma y emplearían la técnica del calzado no solo basal, sino longitudinal, encastrado los pilares de madera dentro del propio lienzo superior del sistema amurallado.


8. Villavieja 2012: calzo rectangular para apoyo de los pilares de la posible empalizada sobre la muralla. (© Juan A. Pachón).

    El sistema defensivo se complementaba además con la disposición exterior, entre distintos paños murarios, de torreones de tendencia semicircular, de los que se ha documentado en excavación uno en el extremo norte del lienzo defensivo (Fig. 9); aunque hay constancia visual directa de otros muchos a lo largo de todo su desarrollo espacial. Esta disposición de paños murarios lineales, junto con la interposición de elementos curvos a modo de torreones no es exclusivo de Villavieja, ya que se conocen para momentos coetáneos en Los Alcores de Porcuna. Aunque tampoco debemos descartar que es una manera de construir que pervivió en el tiempo, al menos en el aspecto estructural, como sabemos por los restos conocidos de la muralla Engel/Paris de Osuna, ya del primer milenio a.C. (http://independent.academia.edu/JuanAntonioPach%C3%B3nRomero/Papers/1413195/La_muralla_Engel_Paris_y_la_necropolis_protohistorica_de_Osuna).



          9. Villavieja 2012: torreón semicircular adosado al extremo noreste del cinturón amurallado. (© Juan A. Pachón).

     Las incógnitas que se abren tras esta investigación son múltiples, pero podemos sintetizarlas en algunas pocas. Por un lado, cabe preguntarse qué motivó a las poblaciones de la Edad del Cobre para instalarse en este lugar del valle del Genil, en un sitio relativamente cercano a otro asentamiento destacado de la zona, y del mismo momento, como fue Sierra Martilla, donde existe una necrópolis de tumbas mixtas (dolménicas e hipogeas), pero donde no parece existir un sistema de amurallamiento tan complejo como el de Villavieja. Algo similar a lo que ocurre en Los Castillejos de Montefrío, donde su espectacular necrópolis megalítica tampoco se acompaña de estructura fortificada alguna. Por otro lado, se suscita el enigma de explicar la razón que llevó a estas mismas poblaciones a aunar un esfuerzo tan considerable para forjar un poblado defensivo tan formidable como el de Villavieja. Es probable que a esta última cuestión responda la aceptación de que el yacimiento sirviera como centro productor metalúrgico, generador de suficientes excendentes y de una riqueza, en suma, que pudieran justificar y explicar la realización de una obra arquitectónica de tal importante como la muralla del yacimiento.


10. Villavieja 2012: Foto durante la visita del 14 de agosto, junto a los responsables directos de la excavación. (© Juan A. Pachón).

     Desde otro punto de vista, y para finalizar, las expectativas generadas por esta investigación arqueológica exijirán la continuidad del apoyo institucional, como único medio para materializar las respuestas de las incógnitas planteadas, así como para culminar un proyecto del que debe beneficiarse la economía de Fuentes de Cesna y de toda la comarca de Algarinejo, sin olvidar la proyección futura que toda esta propuesta cultural debe ejercer por los territorios próximos, no solo de Granada, sino también de Córdoba, ampliando la oferta cultural y de turismo rural de toda la zona, en la que habrá de insertar los objetivos finales de esta inicial investigación arqueológica.
     De momento, sirva como referente paradigmático la actuación de este grupo de entusiastas investigadores que, a partir de una humildísima financiación (en oposición a otras infinitamente mejor tratadas por los presupuestos oficiales), han sabido multiplicar ilimitadamente las posibilidades inversoras de la misma, apoyando con su esfuerzo gratuito una empresa que ha resultado tremendamente provechosa, no solo en lo científico, sino en lo patrimonial, turístico y económico, como tendremos ocasión de ver en el futuro.